sábado, 1 de mayo de 2010

LA FANZINE (3)


La Fanzine #3, está dedicada íntegramente al trastorno del sueño. El ejemplar que puedes tener entre tus manos no es un fanzine. Es un vecindario de noctámbulos. Un vecindario de madrugada, de luz en las ventanas, de inquilinos que se revuelven en sus camas, desazonados por las pesadillas, las injusticias sociales, la astenia primaveral, las drogas, el recuerdo de un amante que se fue pero dejó su presencia entre las sábanas, inquilinos que escriben cartas que jamás serán enviadas, que intentan cuadrar las cuentas de todas las facturas que no pueden pagar, inquilinos agobiados por los estudios, por el ya te llamaremos de las entrevistas de trabajo. Insomnes todos ellos, con las manos frías, los ojos hinchados, ganando siempre la carrera al despertador. Vampiros modernos que fabrican sus propios sueños a golpe de versos, trazos, relatos y nanas para no dormir.

En el primer piso Juan Maestro recuerda haber dormido en aquellas noches de verano que olían a jazmín. En el segundo, Cristian González teniendo sueño aunque éste no quiera tenerle a él. José Ángel Barrueco también escribe por y para esas noches de insomnio, mientras Eva Márquez observa tras la ventana un incipiente nuevo amanecer que la descubre con las manos ocupadas. Más arriba, suena China Girl y David Gutiérrez fuma asomado a la ventana. Begoña Leonardo aún a estas horas sigue contando ovejas, también Koko K, que harto ha empezado a degollarlas, y Manuel Vilas, agobiado por la pasta, suplica a su chica que por favor, no deje su trabajo. Sara Suberviola, Vanessa Villalba y Ana Patricia Moya, cada una sola en sus respectivas camas, añoran el calor del cariño de alguien a su lado, aunque fuera de mentira. Y como estos, muchos más, todos creadores, artistas, poetas, escritores, conviven en este vecindario y comparten contigo sus desvelos en La Fanzine, dispuestos a quitarte el sueño.

viernes, 30 de abril de 2010

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David González, X, Kutxi Romero, Sor Campana

La resaca de los versos ya pasó. Esquivias nos llevó en volandas como si siempre hubiéramos sido los hijos que están lejos. Parece que el tiempo cayó por el agujero de la taza del Wc y lo único que queda es la imagen, atrapada en el subconsciente. Atrás quedaron los amigos, las ganas de vernos, de volver a vernos nuevamente. Como tantas otras veces. Atrás quedó otro instante que te marca. A años luz, se divisa hoy el oxígeno. Los pulmones saturados solo permiten hoy la ingesta compulsiva de productos cancerígenos... Pero la muerte hoy no es de amistad. Es de otra cosa.

Abajo: El Kebran y los Destroyers