viernes, 19 de diciembre de 2014

UN POEMA SOBRE LA SOMBRA
























UN POEMA SOBRE LA SOMBRA

Yo, que tanta gula en los días he gastado
que tanto traje y tanto paraguas he ceñido
en cada pose, cada día, cada año
me veo ahora parco y romo
en lo cóncavo del embudo
resbalando hacia abajo...

Yo, yo que me creía la tierna voz en el instante
y yo, que no me imaginaba en lo neutro
de la cárdena campiña del ordenador
dentro de sus metálicas fauces me contemplo
colgado 
ahora sin memoria, sin presencia y sin rumbo
que postergar para más temprano.

Yo, lo enfermo, lo sidoso, lo apestado
de mi mundo de cosas materiales
pendiendo de una delicada crin de caballo
sobre la impertérrita sombra de la tarde.




jueves, 18 de diciembre de 2014

POR LA VENA. ÁNGEL ÁLVAREZ CABALLERO (EL ÁNGEL)



Estos dos de aquí abajo no son otra cosa que unos simples poemas. Y por eso, por la simplicidad uno no tiene bastante y busca más. Quizás mi tocayo también tuvo ese problema: buscar más.



POR LA VENA (I)

De chinorri creía que me iba a comer el mundo cuando creciera

Mis viejos me llevaron a colegios caros, me educaron de forma intachable
y crearon un entorno lo suficientemente feliz a mi alrededor

Tuve compañeritas guapas y encantadoras y compañeros sanos y bien
alimentados

Tuve árboles de navidad cargados de regalos

Tuve buenos amigos con los que jugaba en las frías tardes de invierno

Tuve inolvidables veranos bajo la cegadora luz del Mediterráneo

Tuve pasiones, tuve ideales y tuve ejemplos a seguir

Viví, viajé, conocí mundo, conocí gente y aprendí de todos ellos

Tuve buenos trabajos

Tuve dinero y lo gasté a manos llenas

Logré hacer realidad alguno de mis más preciados sueños

Cantar en una buena banda de rock’n’roll

Tener una mujer a quien adorar, con quien compartir casi todo
y un lugar donde refugiarnos

Tuve presente y futuro

Tuve libertad

Tuve inteligencia

Tuve sensibilidad

Tuve arrogancia

Tuve creatividad

Tuve locura

Tuve amor

Tuve todo lo que la mayoría de la gente desea tener

Tuve todo y lo perdí todo…


…Por la vena


Que le den por culo





POR LA VENA II

Por la vena dilapidé quince irrepetibles años

El orgullo de ser quien soy

La ambición de ser quien quería llegar a ser

El cariño de mi padre

La confianza de mi madre

El contacto con la realidad

El respeto de aquellos que me importaban

La reconfortante sensación de sentirme útil y necesario para alguien


Por la vena perdí a mis amigos


Que les den por culo






lunes, 15 de diciembre de 2014

CARMEN BELTRÁN FALCES. SER COMO EL PAN


De mi paso por la presentación del nuevo Vinalia Trippers. Duelo al sol me quedo con el reencuentro, la noche, la palabra poética, la música, la lucha por lo que uno cree y la eterna amistad de viejos y nuevos conocidos. Enrique Kb, Baco, Vicente, Barrueco, Mario Crespo, Demian Ortiz, Álex Portero... 
Y aquí abajo un par de poemas de Carmen Beltrán: amiga y poeta y madraza y referente poético de este humilde servidor amputado de tiempo. Están extraídos de Ser como el pan, una edición limitada de veinte ejemplares acompañados de pinturas originales sobre soporte efímero (camisetas) del artista argentino Gabriel Viñals.

estarás a la intemperie
que es lo que queda
lejos del poder
y de los focos
sólo ahí se es libre
y también desgraciado
(no conozco yo aún
premio sin herida)
contigo crecerán
tus cicatrices
ámalas
cuídalas
porque serán
el mapa que te explica
en ellas florecerá la luz
de quien te quiera
------------
por qué hoy la poesía
para qué
para mantener una luz encendida
porque bebés siguen naciendo
cachorros flores
hermosas
dignas
posibilidades
y nadie sabe qué los llama
porque en algún momento todos
extendemos los brazos
necesitamos agarrar
personas calor cosas
algo
y ese algo
bien puede ser un poema

viernes, 12 de diciembre de 2014

VINALIA TRIPPERS. DUELO AL SOL. HOY EN MADRID





martes, 9 de diciembre de 2014

HAMBRE. POR BACO



El  poema de hoy me lo aprendí de memoria, y no con premeditación, nocturnidad y alevosía, sino como (sé que tú y solo tú, lector, te salvas del tedio humano) solemos hacerlo todo: por pura inercia; por el devenir caótico que incita a nuestras cuerdas vocales a decir "vale". Así de grande. Muchas veces te preguntas cómo has llegado hasta un determinado lugar (ahora lidio en mi cocotera con el esquema de imagen de CAMINO, con todo lo que eso conlleva...) y tu cerebro al procesarlo te remite al solo encogimiento de hombros. Al modo de un buen actor principal en una peli de gran tonelaje (quizás tu vida, lector). Algo así.
     El caso es que este poema de aquí abajo salió de la mano de Esteban Gutiérrez, más archiconocido como Baco,y si uno lo desea poseer como fetiche personal puede encontrarlo en el interior de un (¿puedo decir "fantástico" sin que suene a lugar común?) poemario intitulado Ardimiento, del cual no diré nada más porque si uno tiene interés y aporrea un poco el teclado o martillea vehementemente la pantalla táctil y, como por arte de magia bla, bla, bla, pues eso: HAMBRE


HAMBRE

He tardado en darme cuenta
y ahora   sé   porqué
en todos los órdenes de la vida
....los que llegan a la cumbre del poder,
....los que coronan la cima,
no son
....los mejores, ni
....los más sabios, ni
....los más fuertes, ni
....los más honrados.

Ahora sé que
....los que nos dominan son
....los más hambrientos,
....los que lo quieren todo y
no les importa
qué hacer
para conseguirlo,
ahora sé que son
....los más egoístas,
....los que más determinación tienen
para lograr sus objetivos,
....los que jamás ponen en su alma
una pizca de corazón,
....los que falsean sus sonrisas,
....los que mienten con sus palabras,
....los de las miradas feroces
....los egoístas
solitarios
de la cúspide,
....los que olfatean el dinero y el poder
en busca de la próxima presa.

Y ahora sé
que ellos son
....los lobos
y nosotros,
....los conformistas,
....las ovejas,
y que somos su alimento
y que siempre

tendrán

hambre.


miércoles, 26 de noviembre de 2014

martes, 11 de noviembre de 2014

José Ángel Barrueco




Os dejo con uno de los poetas que más admiro, por su ímpetu por su agudeza y por la temeridad con que se desgarra en cada verso: hablo de José Ángel Barrueco.



FINGIR EL SUEÑO

leía mucho por las noches
como ahora, como siempre

al oír el portazo de mi padre 
tras regresar a casa del trabajo,
cerraba el libro, apagaba la luz y fingía el sueño

unos minutos después sentía 
el movimiento de la manija de la puerta
una mano giraba el pomo:
despacio
muy despacio
en silencio casi absoluto

abría un ojo y notaba la luz filtrándose
en el cuarto desde el exterior

en la rendija entre la puerta y la jamba
asomaba su cara como una aparición fantasmagórica

¿estás dormido?

pero yo no contestaba
fingía un sueño profundo
aguantaba la respiración

alguna vez respondí,
y eso supuso varias horas
de monólogo o, lo que era peor,
alguna bronca, algún desahogo 
sobre su trabajo, su madre o la mía
y los disgustos que le daban

en la distancia,
ahora veo que
no hay nada 
tan triste en la noche
como un hijo fingiendo
su sueño para no hablar con su padre.





caminando por Donosti
una mañana desapacible


me pregunto
cómo será morir
de un tiro en la nuca
en una calle vacía
y mojada por la lluvia
de una ciudad del país vasco

me pregunto
cómo será morir
de un tiro en la nuca
en una calle vacía

me pregunto
cómo será morir.




El amor en los sanatorios

sábado, 25 de octubre de 2014

Marcarse un Warhol




























A veces, Andy, esconderse está bien.
Siempre habrá una peluca, unas gafas,
cualquier cachivache, y sobre todo,
palabras
que nos lo pongan fácil.
Pero a solas, la fiesta
se convierte en algo odioso.
Y todo está espeso.
A veces, la eternidad es un duro trabajo.
Y, a veces, no asirse demasiado a las cosas
o a las personas
es el mejor marco
con el que puedes proteger
tu fracaso
ante otra posible obra de arte.




sábado, 18 de octubre de 2014

COMENTARIO ROMANCE MORAIMA





















        Yo me era mora Moraima, morilla de un bel catar;
         cristiano vino a mi puerta, cuitada, por me engañar;
         hablóme en algarabía como aquel que la bien sabe:
         —Ábrasme la puerta, mora, sí Alá te guarde de mal.
         —¿Cómo te abriré, mezquina, que no sé quién te serás?               05
         —Yo soy moro Mazote, hermano de la tu madre,
         que un cristiano dejo muerto, tras mí viene el alcaide.
         Si no me abres tú, mi vida, aquí me verás matar.
         Cuando esto oí, cuitada, comencéme a levantar;
         vistiérame una almejía no hallando mi brial;                                      10
         fuérame para la puerta y abríla de par en par.                       



Los hechos que abarca el presente romance datan de la última etapa de la Reconquista, con el ejército cristiano presionando sobre las fronteras en torno al reino de Granada. Por ello, se podría adscribir el poema al grupo de romances históricos, y dentro de él,  al subgrupo que representan los romances fronterizos. En estos romances existe un subdivisión especial en la que se relatan episodios narrados desde la facción enemiga, y nuestro poema es un buen ejemplo que recoge la denuncia de los abusos del bando cristiano en la guerra contra el ejército moro.
     Si hay algo que permita claramente distinguir un romance es su forma métrica: el octosílabo en una tirada indefinida donde los versos pares riman en asonancia. Pero esto que parece tan claro, en el romance se complica y  llegamos así a encontrarnos ante un verso hexadecasílabo que se compondría, en realidad, de dos octosílabos: la rima ya no sucedería en los versos pares, sino al final de cada uno de los versos del romance. Para explicar esto podemos acudir a dos criterios, uno semántico, ya que cada unidad de sentido del poema parece extenderse a lo largo de las dieciséis sílabas que constituyen los dos octosílabos, y , por otra parte atenderemos al criterio musical en base al cual, en los antiguos libros de música que recogían los romances, con su respectiva melodía, los representaban en versos o unidades periódicas de dieciséis (o incluso treinta y dos) notas, que era lo que duraba cada ciclo melódico, que, en su repetición, componía la melodía del poema. Aunque, por otra parte, en su origen el romance se difundía mediante la oralidad y en cuanto a su enunciación es indistinguible un verso octosílabo de otro de dieciséis sílabas.
     Centrándonos específicamente en el Romance de Moraima, objeto de este estudio, diremos que está estructurado en once versos asonantados de dieciséis sílabas cada uno, a través de los cuales se nos narra una historia que podemos resumir así:
     A las constantes súplicas (apoyadas en argumentos falsos) del cristiano que acude a la casa de Moraima, esta termina cediendo a sus peticiones y abriendo sus puertas de par en par. Así, el tema principal es el engaño amoroso, consentido o no, que cuenta una muchacha mora.
     Podemos dividir el poema en tres partes, abarcando la parte inicial  los tres primeros versos en los que comienza el poema in media res con una doncella mora llamada Moraima presentando un conflicto entre ella y un cristiano.
     El diálogo dramatizado entre los protagonistas de este romance ocupa la parte central de este poema. Frente a la narración en tiempo pasado de la primera parte del romance ahora nos trasladamos a la realidad del tiempo presente; estamos asistiendo a los hechos que se desarrollan en tiempo real. Esto tendría una utilidad, en cuanto a la transmisión oral  del romance, ya que el diálogo en estilo directo podía permitir a los juglares amenizar la escena  mediante  el juego de las distintas entonaciones.
     En lo que respecta a la tercera parte, esta abarca desde el verso número once hasta el final del poema. En ella asistimos nuevamente a otro cambio de ritmo, ya que volvemos a la narración en pasado. Aquí se nos presenta el desenlace final trunco del conflicto, el cual nos lleva a la consumación del engaño de la mora por parte del cristiano, todo ello reflejado en la apertura, tanto simbólica como real, de la puerta de Moraima. Con esta ambigüedad se da por concluido el romance y queda abierta de par en par la puerta de la interpretación del lector u oyente al que se dirige el poema y que ya conoce el engaño y las trágicas consecuencias que puede conllevar para la joven e inocente Moraima.
El carácter fragmentario del romance de Moraima podría explicarse por la transmisión oral del mismo, en base a la cual tan solo se conservarían únicamente aquellos fragmentos significativos y llamativos del primigenio poema. Esta condensación supondría la esencialidad que percibimos en nuestro romance objeto de estudio, en que apreciamos una significación insinuada y amplificada que es mucho más fuerte que la explicitud misma que tendría si se adentrase en más detalles.
     Por lo que a recursos retóricos compete, el romance contiene varias aliteraciones de la m (Yo me era mora Moraima) en el primer verso. Es, por otra parte, relevante la presencia en ese mismo verso de un bello calambur con la palabra amor como protagonista del mismo (er-a mor-a Mor-aima). Estas repeticiones acentúan la musicalidad del poema. En el verso octavo notamos la presencia de una antítesis cuyos términos contrapuestos son vida/matar. En el verso final podemos tomar el sustantivo puerta como metáfora de la sexualidad de Moraima, ya que posee gran carga simbológica muy propia del romancero. Destacaremos también arcaísmos sintácticos tales como la anteposición del pronombre personal átono ( yo me era, por me engañar, quién te serás, etc), abundancia de pronombres enclíticos (hablóme, Ábrasme, comencéme, vistiérame, etc.), o la ausencia del artículo en el sintagma (soy moro Mazote, cristiano vino), y también la anteposición del artículo al posesivo (hermano de la tu madre), amén del desplazamiento del adverbio (aquel que la bien sabe). Es significativo, por otra parte, el manejo de los diferentes tiempos verbales y el contraste que marcan a lo largo de todo el poema.
     Para finalizar diremos que el romance de Moraima constituye una bella plasmación del artefacto poético perfecto. En él podemos resolver que la síntesis y la claridad de estilo no son otra cosa que el prisma cristalino desde el que se pueden observar todas las caras, tanto internas como externas, de un poema. Y esto en una época en la que, por contra de lo que pueda parecer, también contaba con (anónimas) voces críticas contra los abusos del hombre. En este sentido, el romance de Moraima goza de una actualidad incuestionable.

Ángel González González

COMENTARIO MARQUÉS DE SANTILLANA. Los gozos de Nuestra Señora




















Gózate, gozosa Madre,
gozo de la humanidad,
templo de la Trinidad
elegido por Dios Padre.
Virgen que por el oído                              05
conçepisti,
gaude, Virgo, Mater Christi
e nuestro gozo infinido.

Gózate, luz reverida,
segund el Evangelista,                               10
por la madre del Baptista
anunçiando la venida
de nuestro gozo, Señora,
que traías;
vaso de nuestro Mexías,                            15
gózate, pulcra e decora (...)



Durante los dos últimos años de su vida, don Iñigo López de Mendoza, cultivó poesía religiosa, consciente, quizás, de que se encontraba en la etapa final de su vida. Y a esta etapa pertenece el poema de los Gozos de Nuestra Señora.
     La temática mariana es la más recurrente dentro de la poesía religiosa del Marqués, quien, por otra parte, siempre se mostró devoto de la Virgen, hasta tal punto que ella formaba parte de su divisa: Dios e Vos.
     El tratamiento del tema será esencialmente lírico, encontrándonos ante una canción de alabanza; una oración piadosa, colmada de epítetos y aposiciones de exaltación, en la que se celebran y vigorizan los méritos de la Virgen.
     El motivo de los «gozos de la Virgen» (ya tratado en Berceo o el Arcipreste de Hita, por ejemplo) está inspirado en la meditación sobre los misterios gozosos de la Virgen, particularmente fomentados por la orden franciscana.
Estos “gozos” refieren  la vida de la Virgen y su presencia en los evangelios, haciendo énfasis en los momentos de mayor protagonismo de la madre de Dios. Literariamente, al hablar de “gozos”, estamos refiriéndonos a una composición poética en alabanza a la Virgen o a los santos, la cual se divide en coplas, después de cada una de las cuales es repetido un mismo estribillo. La tradición franciscana solía presentar siete gozos (como las horas canónicas): Anunciación, Visitación, Nacimiento, Adoración de los Magos, Resurrección, Ascensión y Asunción, si bien también los encontramos en número de cinco (como las llagas de Cristo) en Berceo. El Marqués, en cambio, nos ofrecerá una versión ampliada con doce gozos, por lo que se intercalan ahora otros episodios sagrados como el de la Presentación en el templo, la Huida a Egipto, la Disputación con los doctores, la Bodas de Canaán y la Decensión del Espíritu Santo (motivos probablemente tomados de los libros de horas de la época).
     El poema comienza con un exordio dirigido a la Virgen (Gózate, gozosa Madre) que es invitación a la alegría del ánimo. Este imperativo funcionará a modo de estribillo durante todo el poema, a la vez que nos sitúa ante una positividad ante el esfuerzo del vivir, extensible como ejemplo al común de los mortales. Debemos estar contentos, la Virgen tiene que estar contenta, puesto que ese esfuerzo ha merecido la pena. Continúa esta primera estrofa situando a la Virgen como templo, como cobijo, donde morará la Santa Trinidad  y posteriormente pasa a señalar el episodio bíblico de la anunciación en el que María queda enterada de su próximo embarazo y de que dará a luz al hijo de Dios. Santillana se apoya en estos versos del himno latino «Gaude, Virgo, Mater Christi», del siglo XII, sirviendo el verbo concepisti como transición para llevarnos a una especie de argamasa latino-castellana (Virgen, que por el oído / concepisti / gaude, Virgo, Mater Christi).
     Curiosamente la concepción se sitúa en el oído de la Virgen. Sería conveniente detenerse en este detalle, ya que en la plástica medieval era común representar al Espíritu Santo  transfigurado en paloma y entrando en el oído de María, lo que derivaría en una distorsión de la alegoría hasta quedar fijado que la concepción se realizó a través de él... Y esto nos llevará al final de esta primera estrofa, en la que Santillana agradece y se contagia del gozo eterno que este hecho le produjo a la humanidad.
     La segunda estrofa retoma, a modo de estribillo, el “Gózate” con el que se abría el poema para, seguidamente, reverenciar y exaltar la cualidad de luz esencial que Santillana atribuye a la Virgen. A continuación, se refiere la dignidad que conllevó para la Virgen el ser anunciada por la madre de Juan el Bautista como el receptáculo de la divinidad del Mesías. Este hecho vuelve a impulsar al gozo en el último verso donde la pulcritud y el decoro en lo referente a la concepción de la Virgen son puestos de relieve, cómo no, como materia para otra nueva alabanza. Aquí nos encontramos ante un rasgo distintivo del género como es la repetición de la plegaria tras cada gozo.
     En cuanto a la métrica elegida por don Iñigo para estas dos estrofas del poema, estamos ante una copla castellana de ocho versos y cuatro rimas consonantes, en la que el verso octosílabo se complementa con el quebrado de cuatro sílabas en el sexto verso, lo que, en su conjunto intensificará el ritmo y la musicalidad del poema.
     Por lo que respecta a la galería de recursos empleados por el Marqués, cabría destacar las bellas metáforas (luz reverida, nuestra claror, pulcra e decora), así como la presencia de epítetos y exaltaciones empleados al invocar a la Virgen. Del mismo modo, se detecta la utilización del recurso denominado polípote, que en este caso consistiría en la representación en el poema de diversas formas derivadas del verbo gozar (gózate, gozosa, gozo). También es notorio el uso de la primera persona del plural en  la parte final de cada estrofa, con esto del orador nos hace partícipes de sus rezos.


   Partiendo del tópico horaciano ut pictura poesis, inspirado en Simónides de Ceos, por el cual la poesía es una pintura que habla, al tiempo que la pintura es una poesía que calla, nada mejor que el retablo de Los Gozos de Santa María, para percibir cómo ambas disciplinas, ilustran perfectamente los sentimientos e inquietudes del Marqués, que al mismo tiempo que se mostraba como persona devota y noble caballero al servicio de su rey, sin dejar por ello de ser una persona con un elevado bagaje intelectual y humanístico. Esta obra, la primera documentada del artista hispano-flamenco castellano Jorge Inglés, la mandó hacer el primer marqués de Santillana para la capilla del Hospital de Buitrago (Madrid), fundado por él. En la citada obra observaremos que sobre la predela con los cuatro padres de la Iglesia, don Íñigo y doña Catalina, acompañados por un escudero y una doncella, están arrodillados ante una talla de la Virgen. En el cuerpo superior están representados doce ángeles que portan unos pergaminos que contienen los textos de los Gozos de Nuestra Señora escritos por el Marqués, prueba de su devoción a ella, por lo que en esta ocasión su poesía calló para que la pintura de Inglés proclamase la inmortalidad de los versos.
   


Ángel González González

miércoles, 1 de octubre de 2014

El video de dos minutos de tu teléfono móvil se perderá en algún disco duro
























Nuestro tiempo es prisa. Uno baña los niños mientras 
otro se afeita mientras otro salpica los ritmos 
de las palabras sobre las otras cabezas...  
Y todos, al unísono, nos ponemos de acuerdo 
para escenificar la partida hacia alguna parte.
Atrás quedaron, muertas, las ingentes cantidades 
de precisos instantes, las minúsculas amalgamas 
de pequeñas imágenes neutras; las pocas cosas 
que poco duran en la importancia 
de nuestras delimitadas consciencias.
Si rebobinásemos la cinta, se nos antoja,
no hallaríamos materia memorable para escribir 
ni una sola página.