martes, 25 de enero de 2011

Se está preparando una muy gorda (publicado en antología "Con otra voz")



Mi casa se ensancha,

cada día es más,

más y más; más y mayor

la densidad espacial

de la enormidad que radica dentro.

Miles de aves ruidosas

construyen miles de nidos

y miles de vidas

asoman sus cabecitas

y sus picos

por todas partes,

como si siempre estuviera sucediendo

algo muy importante.

Mi casa es un alzamiento,

un clamor popular,

un tremendo lío

tratando de consensuar

quién debe entrar primero al Wc

al tiempo que la banda municipal

deja sus canciones por ahí tiradas

y los sombreros permanecen congelados en el aire

como en una fiesta de graduación militar

que vi por la tele.

Mi casa es obscena

porque esa palabra

es la que mejor se asienta

en un molde tan colmado,

tan de piscina de ricos,

tan de mar hasta donde me alcanza la vista.

Mi casa es un yonqui

y yo soy yonqui de mi casa: nadie más afortunado

que una persona que pueda celebrar esto.

Soy un indigente

de esta broma que es mi casa

y tú eres una princesa

y tu hijo es mi hijo, y él

también es una casa dentro de una casa.

Me gustan las metacasas;

sus pequeñas y delicadas estructuras

preguntándolo todo

desde que ya no tengo más respuestas

y sonrío interrogantes

porque esta es la casa

donde tú te vistes como una futura reina

a la que le gusta gustar

cuando se siente fértil

y yo te riego

porque me gusta regar reinas

que se ensanchan como casas.

Y por eso,

por todos esos vectores arquitectónicos

cada día es más,

más y más; más y mejor

esta enormidad que la señora del tiempo

ha pronosticado como:

“Se está preparando una muy gorda”