martes, 11 de noviembre de 2014

José Ángel Barrueco




Os dejo con uno de los poetas que más admiro, por su ímpetu por su agudeza y por la temeridad con que se desgarra en cada verso: hablo de José Ángel Barrueco.



FINGIR EL SUEÑO

leía mucho por las noches
como ahora, como siempre

al oír el portazo de mi padre 
tras regresar a casa del trabajo,
cerraba el libro, apagaba la luz y fingía el sueño

unos minutos después sentía 
el movimiento de la manija de la puerta
una mano giraba el pomo:
despacio
muy despacio
en silencio casi absoluto

abría un ojo y notaba la luz filtrándose
en el cuarto desde el exterior

en la rendija entre la puerta y la jamba
asomaba su cara como una aparición fantasmagórica

¿estás dormido?

pero yo no contestaba
fingía un sueño profundo
aguantaba la respiración

alguna vez respondí,
y eso supuso varias horas
de monólogo o, lo que era peor,
alguna bronca, algún desahogo 
sobre su trabajo, su madre o la mía
y los disgustos que le daban

en la distancia,
ahora veo que
no hay nada 
tan triste en la noche
como un hijo fingiendo
su sueño para no hablar con su padre.





caminando por Donosti
una mañana desapacible


me pregunto
cómo será morir
de un tiro en la nuca
en una calle vacía
y mojada por la lluvia
de una ciudad del país vasco

me pregunto
cómo será morir
de un tiro en la nuca
en una calle vacía

me pregunto
cómo será morir.




El amor en los sanatorios