domingo, 26 de enero de 2014

CHARLES BUKOWSKI. EL NEGOCIO DEL ESPECTÁCULO




























EL NEGOCIO DEL ESPECTÁCULO

yo no puedo hacerme con él
y tú no puedes hacerte con él
y no lo
conseguiremos


así que no apuestes
ni siquiera lo
pienses

levántate de la cama
cada mañana

lávate
aféitate
vístete
y sal
a
ello

porque
aparte de eso
sólo quedan el
suicidio y
la locura

poco
podemos
esperar

ni siquiera
cabe esperar

por tanto
lo que hay que hacer es
trabajar sobre una base
modesta
mínima
por ejemplo
cuando salgas a la calle
alégrate de que
tu coche
siga ahí

y si lo está,
de que los neumáticos
no estén
pinchados

luego
móntate
y si arranca,
arrancas.

y
es la peor
película
que has
visto jamás
porque
actúas
en ella:

un presupuesto bajo
y 4 mil millones
de críticos

y la carrera más
larga
que llegas a
esperar
dura

un día.


Poemas de la última noche de la Tierra (2ª edición)
Traducción y prólogo de Eduardo Moga
DVD Ediciones, 2006.

jueves, 23 de enero de 2014

GENTE SIMPÁTICA




"Todavía sigo tocando la guitarra eléctrica con una raqueta de tenis. ¿Quién no lo ha hecho alguna vez, de pequeño? Nuestra propia respiración cavernosa, ahuecada, como la de Darth Vader en Stars War, imitaba a una multitud rugiendo en un estadio mientras frente al espejo emulábamos a Angus Young dando saltitos. Sí, ¿quién, de pequeño, no ha soñado con ser estrella del rocanrol? Para los más destalentados la rosa de ese sueño se marchitó enseguida, pero la espina se quedó dentro, y algunos intentamos sacarla con habilidades más al alcance de nuestras manos: la literatura, por ejemplo. Escribir de algún modo es resignarse a crecer, a que el mundo te pase por encima. Es estar armado con una raqueta de tenis que puede ser una guitarra eléctrica, un fusil, una red para cazar monstruos… o para espantarlos, para enviar con ella bien lejos a los perros rabiosos que nos muerden el corazón por dentro o a los que acechan emboscados fuera –la rutina, la uniformidad, el conformismo …-. La literatura, como el rocanrol, nos permite seguir soñando. Escribir, ya sean canciones o cuentos, es un ejercicio de libertad, y creo que eso es lo que nos hermana y lo que nos ha permitido a mí y a Esteban sintonizar y compartir proyectos con algunos de los que fueron en la adolescencia nuestros héroes del rock o de quienes siguen siéndolo hoy en día.


Este libro es el diario de carretera de la gira de presentación de uno de esos proyectos: la antología Simpatía por el relato, una colección de relatos escritos por rockeros que junto con Esteban Gutierrez (Baco) coordiné y que como hemos dicho en alguna ocasión (yo más que él, porque Esteban ya formó parte, tiempo atrás, del gran circo del rocanrol) fue la excusa para que nosotros consiguiéramos colarnos en los backstages con nuestras raquetas de tenis en las manos. Simpatía por el relato”nos ha dado muchas satisfacciones y, a nuestra edad, todavía ha hecho florecer algún otro sueño (“Cambiemos el mundo con simpatía”, fue el lema que Esteban acuñó para el “Simpathy tour”). Una de esas alegrías fue la gira de presentación de “Simpatía por el relato” y esos días on the road son los que cuenta el autor en este libro. Pero no solo eso, ni quizás lo más importante. Esteban, además de dejar constancia en estas páginas de una serie de verdades incontestables, como que los rockeros no cenan o que para dos escritores cuarentones el rocanrol resulta demasiado cansado, recorre otro camino mucho más largo que el que nos lleva a las ciudades donde la antología se presentó (Madrid, Oviedo, Santiago, León, Zaragoza…) y se remonta casi treinta años atrás hasta encontrarse consigo mismo, con Baco, el joven que fue y que quería comerse el mundo, sin tiempo que perder, robándole horas al sueño para estudiar, trabajar en Correos y, a la vez, hacer pioneros programas de radio sobre rock o convertirse en un intuitivo y apasionado mánager de grupos como Panzer.

No hay en España escritos muchos diarios de carretera, de giras de grupos, ni desde un punto de vista literario ni incluso periodístico, géneros que en otras literaturas como la anglosajona sí han tenido tradición, pero desde luego todavía hay muchos menos libros musicales en nuestras letras como este, en el que el autor, Esteban, Baco, no solo mira alrededor sino también dentro de sí mismo, y se busca, se pone en pie, pelea con los fantasmas de su pasado, recoge los escombros de sueños rotos y los vuelve a levantar con el cemento de la ilusión y la camaradería que ve amasar a su alrededor a los grupos y personas que nos acompañaron durante el “Simpathy tour”. El libro es un homenaje a todos ellos.


Es, también, un libro que a mí me habría gustado escribir e incluso tuve la tentación de hacerlo (por eso mismo, para agradecer toda esa solidaridad y ese entusiasmo contagioso y vivificante) pero no sería justo, no me correspondía teniendo por compañero a un rockero por los cuatro costados (a mí, por lo general y en todos los sentidos, solo se me ve de perfil), a un magnífico cronista, a alguien que, además, sabe perfectamente de lo que habla, pues ha estado dentro, ha tomado cañas con Gary Moore, con Los Suaves, con Kiss o con los Burning. Me conformo con la extraña sensación de verme, como en un vuelo astral, aparecer en sus páginas convertido en personaje literario. Y desde luego con la piedra preciosa que ha ocupado en mi corazón el lugar de la espina que el “Sympathy tour” sacó: la amistad - a estas alturas de la vida, cuando a veces ya no quedan fuerzas ni ganas para hacer amigos- que he forjado con Esteban durante todos estos días de carretera, bolos, entrevistas, de ilusiones y proyectos compartidos. Esteban, como yo, todavía sigue tocando la guitarra eléctrica con una raqueta de tenis. Todavía seguimos, los dos, soñando. Y creyendo que podemos ayudar a los demás a soñar. Por todo eso, os invito a leer estas páginas. A cambiar el mundo con simpatía. Y si no, si no se puede o no nos dejan, siempre podremos cantar, como hacíamos de pequeños, aquello de: “Hemos perdido, pero nos hemos divertido”. Que no es lo de menos."


Patxi Irurzun

martes, 21 de enero de 2014

Nika Georgievna Turbiná (1974-2002)













¿QUIÉN SOY?

¿Quién soy?
¿Con los ojos de quién
miro este mundo?
¿Con los de mis amigos? ¿familiares?
¿de los árboles? ¿ las aves?
¿Con los labios de quién
capto el rocío de la hoja
caída a la carretera?
¿Con los brazos de quién
abrazo este mundo,
que es tan indefenso y frágil?
Pierdo mi voz entre las voces
de los campos, las lluvias, los bosques,
de las tormentas de nieve y de las noches.
Pues ¿quién soy?
¿En qué he de buscarme?
¿Cómo respondo a todas las voces
de la naturaleza?



SIN TÍTULO

Tú y yo hablamos lenguas distintas.
Las mismas letras,
Pero palabras extrañas.
Vivimos en distintas islas,
Aunque en la misma casa.



A MAMÁ

Me falta
tu ternura,
Como el aire
para un ave moribunda.
Me falta
el trepidar angustiado
de los labios tuyos
Cuando me siento sola,
me falta la sonrisa
de tus ojos.
Mirándome,
tus ojos lloran.
¿Por qué en este mundo
el dolor es tan negro?

¿Será porque estás sola?


viernes, 17 de enero de 2014

Telémaco



























Creciste demasiado deprisa
para darte cuenta
de las hazañas
de tu estirpe.
Demasiado rápido
como para disfrutar del bache
que para ti hemos construido.
Y ahora que te enfrentas a mi mendicidad,
ahora que ves la erosión de mis manos,
la indigencia de mi careto
y la poca fortuna con que mi logos
supo aferrarse a la vida
sabrás que mi lucha ya no tiene toalla.
Por ello, cuando tengas pensado ayudarme
a vencer a nuestros enemigos,
vete pensando en huir a Alemania
o a alguna otra parte
con un buen conocimiento del idioma
y con pocas ganas de gastar los esfuerzos
en una sociedad que se abate
 y agita, torpemente, las alas
contra este suelo patrio
que ahora aplastamos.




Poemas griegos, 2013. Inédito

domingo, 5 de enero de 2014

EL VENDAVAL ARRECIA EN LA CALLE























El vendaval arrecia en la calle
y hoy amaneció para mí
a las tres menos cuarto.

Es una pena.

Y me sitúo a ver qué pasa,
la forma en que perderás tu trabajo,
qué va a pasar con nuestros hijos...

Pienso en cómo envejeceremos;
hasta dónde llegarán nuestros caminos
porque hoy parece el tiempo cercenado.
Apenas un solo claro donde clavar las uñas.

Pienso en tus pinturas y en las mías;
en la forma que se despliegan sobre tu piel
y el modo en que yo las sitúo sobre el lienzo.

Pienso en el collage que ambos formamos...,
y me dices que se nos hace tarde.



viernes, 3 de enero de 2014

ES DIFÍCIL NO VER LO QUE ESTÁ PASANDO




























Es difícil no ver lo que está pasando.
A menudo cuesta un poco
desviar la mirada,
errar el tiro,
intentar nublar el sentido
que todo esto tiene
cuando suena el timbre
y diriges sigilosamente tus pasos
por el pasillo
para abrir con cuidado
la puerta que da al recibidor
y una vez allí,
justo detrás de la puerta principal,
notar por la mirilla
que el hambre está al otro lado.

Y que parece tan repugnante...