FILTRACIONES (digital) por: Alexandra Rodrigo
De tanta lluvia que cae últimamente, los techos de la caja se han resentido. El rostro ha libado algo del moho y el rimel dibuja sombras donde antes no las había; lo cierto es que antes no había nada y ahora por lo menos hay rimel, mejor eso que otra cosa, mejor eso que siempre esperar a que entre el agua. La risa normalmente es contagiosa, es bastante probable que si se ríe con la entonación adecuada la pandemia se extienda por todos lados. Pero cuando el cielo dice que toca el gris plomizo y el cuerpo entorna el espejo hacia la cara, otro gallo es el que canta. Y para eso no hay más compañía que la de uno mismo. Y delante y detrás y al lado, solo hay rimel, rimel porque antes había lucecitas negras y corazones ansiosos de alas de cuervos. Dicen que tras la lluvia siempre descampa, pero en las tablas de la obra quedan por siempre impresas las huellas de tanta agua que se filtró y nos contuvo contra las barreras. La próxima vez construiremos diques...