martes, 13 de abril de 2010

TRÍPTICO



Me cruzas, muerte, con tu enorme manto
de enredaderas amarillas.

Me miras fijamente.
Desde antiguo
me conoces y yo a ti.

Lenta, muy lenta, muerte, en la belleza
tan lenta del otoño.

Si ésta fuese la hora
dame la mano, muerte, para entrar contigo
en el dorado reino de las sombras.

J. A. Valente (El Fulgor. 1953-2000)

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EROSIONES

TAMBIÉN el tiempo en ti, como una gubia
repicando materia perforada.
También el tiempo en ti. Sus vericuetos
subvierten sin clemencia tu retrato,
alzan un mapa de hondas cicatrices,
marcan el paso de quien llega tarde
y disipan facciones y recuerdos.
Aparecen distinta en la secuencia
que un figurante gris escenifica.
Es una conveniencia tu memoria,
un asunto de ficción literaria.
Envejecer supone estar aquí;
abordar la lectura de inéditos papeles
que el empeño de días sin retorno
llenó de correcciones ilegibles.


Jose Luis Morante (Largo recorrido)

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LA MOSCA

Mosquita,
tu juego de verano
inconsciente mi mano
ha barrido de repente.

¿No soy yo acaso
una mosca como tú?
¿O no eres tú
un hombre como yo?

Pues bailo
y bebo y canto
hasta que cierta ciega mano
aplaste mis alas.

Si el pensamiento es vida
y fuerza y aliento
y la falta
de pensamiento es muerte;

entonces soy
una mosca feliz,
bien que viva
bien que muera.

William Blake (Canciones de inocencia y de experiencia)