En el Día Mundial del Lavado de Manos
todos debemos estar orgullosos
y muy compuestos.
Una larga tradición en este sentido
nos va a llevar al éxtasis supino
y millones de manos asépticas
-multiplicado todo ello por dos-
abrirán el grifo de la indiferencia
y volverá
a caer agua.
Las cañerías estarán ahítas
de enfermedad, mientras
-Dios Santo-
los nudos de tantas corbatas
quedarán muy lustrosos
y hasta diría yo, divertidos.
Es un día, éste día
para recordar
todo lo que hemos pasado juntos
Humanidad
compartiendo tantas cosas
en detrimento
de tantas otras.
Es un día festivo.
Para regalarse, y mientras yo...
(A.G.G. Poema inédito)