A veces ocurre.
Las palabras caen encima de la mesa
se despatarran
y de repente adquieren su propio significado
con respecto a la vida real, al supermercado, a la
tienda de abajo, etecé, etecé, etecé.
Hoy fue un día poco importante.
porque la deriva
me trajo enquistados
los mismos términos de siempre
en el mismo envoltorio de siempre
y con la misma crueldad
con la que siempre el cuchillo cercena
una aceptable interpretación del sueño.
A veces ocurre, lo sé,
pero es una pena
no contar con la toma de tierra adecuada.