lunes, 10 de febrero de 2025

EL LIBRO DE LAS SIETE PUERTAS. PRESENTACIÓN EN MADRID
















La Embajada de Bélgica, la Delegación General de Valonia-Bruselas en España y la Fundación Ortega Muñoz en colaboración con la Junta de Extremadura dieron patrocinio a la presentación del poemario El libro de las siete puertas, del poeta belga Yves Namur. 
     Yves Namur (13 de julio de 1952) es uno de los poetas belgas más apreciados, tanto dentro como fuera de las fronteras del país y su obra ha sido traducida a numerosos idiomas. Nació en Namur, capital de la región de Valonia. Vive como médico, poeta y secretario perpetuo de la Real Academia de Lengua y Literatura Francesas de Bélgica. Su obra ha recibido un amplio y prestigiado reconocimiento. Ha publicado numerosos volúmenes de poesía, entre ellos Dis-moi quelque chose, Le libre des apparences, La tristesse du figuer y La nuit amère
     Publicado originariamente en 1994, El libro de las siete puertas, recala en nuestra lengua, de la mano de nuestra querida Emilia Oliva, que hace las veces de traductora. Ha sido una larga espera hasta que el libro ha tenido cabida en la colección Voces Sin Tiempo, dirigida por Jordi Doce y Álvaro Valverde. Para la ocasión, se establece un diálogo en la cubierta del poemario entre la obra del pintor extremeño Godofredo Ortega Muñoz y la del poeta Yves Namur (Ut pictura poesis). 
     El evento que nos ocupa tuvo lugar el pasado 28 de octubre de este 2024 en la casa del embajador belga en Madrid. Al mismo asistieron el autor, la traductora, el director de la colección, numerosas personalidades y muchos entusiastas de la palabra en verso, entre ellos este humilde servidor. 
     Emilia Oliva abordó el largo y azaroso itinerario recorrido desde que, en 1995, Elisa Luengo invitó a Yves Namur a la ciudad de Cáceres. En ese momento, tras conocer Emilia al autor y proponerle Elisa la traducción de El libro de las siete puertas, se dispuso a llevar a cabo la tarea. Tras un largo letargo en el cajón de los proyectos perdidos, justo después de la asistencia de Emilia a una exposición de Ortega Muñoz, esta decidió presentar el proyecto a la Fundación Ortega Muñoz. Así las cosas, la publicación cobró vida de forma que pintura y poesía volvieron a ir de la mano por nuevas singladuras. 
     El lenguaje de Yves es pura claridad y precisión; repetición y variación; ubicuidad y ocultamiento, siempre desde una musicalidad fragorosa…, pero no, no nos engañemos, su minuciosidad no es baladí, ya que el bardo ahonda gravemente en la inmensidad de la palabra, despeñándola hacia los abismos más inaccesibles y despojándola de toda arqueología o convencionalismo, de forma que la palabra se sumerge en sí misma para volver a nombrarse a través de un interrogante. La palabra es el enigma y la solución a ese misterio solo puede venir del extrañamiento de la palabra misma. 
     En cuanto a la estructura del poemario, convenimos que el mismo se conforma a través de una triada que cuenta con un eje de simetría que parte de la cuarta puerta (con 27 poemas [9 x 3]), dejando tres puertas por delante (con 9 poemas cada una) y otras tres por detrás (con otros 9 poemas en cada capítulo). Una Santa Trinidad donde el número nueve y el número 3 adquieren una acentuada importancia… Como vemos son números complementarios. Pero para comprender adecuadamente la importancia de estos números vamos a analizarlos desde la óptica de la numerología. 
     En el contexto de la numerología atribuimos al número 3 connotaciones multidimensionales interdependientes, ya que la existencia se vehicula en diferentes planos de la realidad, todos ellos interconectados cósmicamente. Esto supone una búsqueda del equilibrio, una armonía cuerpo-mente-espíritu. 
     Por otra parte, el número 9 posee una vertiente espiritual y otra física muy poderosas. Es un número que nos lleva a la culminación, a la trascendencia y la sabiduría del espíritu. Además, nos invita a dejar atrás el pasado y a abrirnos a nuevas posibilidades de desarrollo evolutivo. 
     Como podemos apreciar, la construcción de El libro de las siete puertas se materializa como una urdimbre circular donde todo está relacionado y donde el aspecto metamorfosístico supone la cura del dolor de existir. Es la nueva oportunidad. La luz. 
     Algo que, sin lugar a dudas, supone otra de las claves para entender el libro es la propia palabra puerta. Una puerta es un sendero que podemos cruzar o no. Una puerta puede abrirse o cerrarse, puede ser la salvación o la condena. Es una opción a la que nadie nos empuja, pero a la que nos dirigimos inexorablemente. Y, además, la puerta supone un azar, un misterio, una pléyade de posibilidades que pueden propiciar cualquier cosa, incluso lo imposible. 
     Así las cosas, es curioso que “La Puerta de la Muerte” sea el comienzo del libro. Pero para Yves Namur, la muerte es el origen. Algo tiene que morir para que algo nuevo germine. Hay una sombra que precede a otra y que, en el caleidoscopio, conforman una nueva maravilla; el ayer y el mañana son una deformación indispensable para el renacimiento atemporal del escriba. 
     La segunda puerta es la denominada “Puerta de la Travesía”. Esta puerta supone una invitación al nosotros y, como parte integrante de ese nosotros, al ego. Es la puerta del conocimiento, de la ramificación, del árbol que tiende al cielo todas sus ramas para sujetarse al límite del mundo con el solo objetivo de aprehenderlo.
      “La Puerta del Otro” es la tercera de las puertas y el final del primer ciclo de la triada. Esta puerta conforma la etapa copulativa del poemario. Es el ser, estar y parecer del poeta ante el mundo. Justo el lugar donde aparece El otro, definido como una semejanza inverosímil. 
    Llegamos así al meridiano del libro. Al adentrarnos en “La puerta de las Palabras y de lo Impronunciable” notamos la importancia que tiene este capítulo en el poemario, ya que vertebra los dos mundos a los que asistimos. Hasta ahora hemos asistido al mundo-vergel, al Edén donde el poeta se conoce a sí mismo (temet nosce) y nace de la nada muerta. Ahora, en este capítulo-bisagra, asistimos a lo abrupto del nombre, el lugar donde el poeta debe enfrentarse a sus demonios. En este capítulo hay todo un campo semántico (vacío, nada, círculo, origen, fin, ausencia, desierto, olvido…) que se dispone como las ramas del árbol que nos trasladará al universo de lo impronunciable, lo que da más miedo. Al paso de la vida por encima de uno mismo, que asiste a todo esto con el pasmo y la frustración que produce el no poder hacer nada; no poder regresar, no poder ir, no poder reconstruir el límite del mundo en cada palabra. 
     “La puerta de lo Imposible” es la encargada de abrir el último ciclo de la triada. Estamos ante la asunción de la evidencia del desgaste que supone la vida. Qué pedir, qué más pedir que no sea tan solo un nuevo día. Al igual que Prometeo, el poeta arrastra un velo de palabras extintas que le devuelven constantemente al punto de partida sin que se haya entendido verdaderamente nada. Será ese el anhelo que lo devora por dentro y el que le lleve a pronunciar la imposibilidad de todo.
     La sexta entrada es la “Puerta de la Desaparición”. El poeta afronta la dolorosa impostura del ser. Este capítulo supone una verdadera explosión de nihilismo. Nada parece tener sentido y todo parece conducir a la extinción sin más oportunidad de trascendencia. 
     “La puerta de la luz” es el final de la triada y, al mismo tiempo, el comienzo de una nueva aventura. Parece brindar una oportunidad a la esperanza. Parece como si la pupa diese paso a una mariposa nueva que está condenada a repetirse en su historia y a llenar su ignorancia innata de decepciones, consuelos y misterios hasta volver a ser luz; nueva agua que desborde una nueva fuente. 
     En resumidas cuentas, El libro de las siete puertas aporta a la poesía el brillo del símbolo, el goce del indicio, el tránsito desde el ritmo hasta la fragancia, la dimensión micro y macroscópica de la palabra y una mística humanista de marcado carácter cognitivo y existencial. Estamos, siembre arrobados, ante una poiesis de la trascendencia y del exilio.



El libro de la siete puertas
Yves Namur
Edición bilingüe
Traducción: Emilia Oliva
Fundación Ortega Muñoz, Badajoz, 2003
ISBN: 978-84-09-54120-1





                                                                             Ángel González González (Madrid, diciembre de 2024)