miércoles, 16 de diciembre de 2009

EL AMOR YA NO ES CONTEMPORÁNEO/ EL AMOR SIGUE SIN SER CONTEMPORÁNEO


Es como si alguien se estuviera comiendo un yogurt, pero su hambre le obligara a apurar hasta el plástico con la cuchara. No le basta, debe haber más ahí afuera. Existe una máxima filantrópica que indica como sumun la figura retórica del amor. Y digo retórica porque no deja de ser solo eso: una palábra. Una palabra que parece que nunca podrá estar; que es cosa del pasado..., o del futuro. Cada cual ama a su manera; hay quienes, in the name of love, cometen asesinatos; otros se quedan con el término"amor" solo en lo referente a la nada desdeñable y maravillosa cópula. David González ama a su manera. En muchos de sus poemas, el poeta, se descubre haciendo cosas que no desearía hacer, y entonces, descubrimos al David postcoital, el hastiado, el que huye de la mano de Dios y al que ya nada le sirve ...en gran parte, la parte del río, ya no existe. Sin embargo, el poeta no puede parar de echar la caña al agua: debe haber algo, algún remanso o una vertiginosa cascada al abismo, un banco de peces tan grande donde cada uno sea un verso y todos juntos un enorme poema, y todos los poemas juntos, una meta, un destino, un juego donde apostar fuerte, un jadeo donde el amor, el amor de ahora, se convierta en verdad.

Enfrentados a la verdad, le damos forma, hacemos la verdad nuestra verdad..., y nos identificamos. A lo largo del "Amor no es contemporáneo/ El amor sigue sin ser contemporáneo" el autor nos aboca a entrar en un complejo mundo que él simplifica, o traduce al lenguaje de la calle. Somos introducidos en cada poema con una referencia donde buscar. Así, David González, hace un repaso de las facetas más interesantes de la literatura que puede hacer fuerte a un hombre, o tal vez doblegarle a golpe de no-ficción. Existen dieciséis tatuajes que lo exponen a la vergüenza pública, a la humillación del cuerpo desnudo en un calabozo; dieciséis tatuajes que constituyen un libro donde algunos pueden apreciar al chico díscolo, al chico canalla, al malo de la película, el preso, el maldito; y que otros, los que buscan la verdad cuando ésta discurre por los márgenes del amor, no como palabra sino como hecho. Estos otros verán en las marcas una carretera de compromiso, acción y nunca silencio.




EL AMOR YA NO ES CONTEMPORÁNEO/ EL AMOR SIGUE SIN SER CONTEMPORÁNEO. Segunda edición corregida y aumentada. Ediciones Baile del Sol. 2009.