jueves, 24 de marzo de 2011

Charles Baudelaire




LXXVIII
El mundo no marcha más que por el equívoco.
En el equívoco universal es donde todo el
mundo concuerda.
Porque si, por desgracia, la gente se comprendiera,
jamás podría ponerse de acuerdo.
El hombre de espíritu, ese que nunca se pondrá
de acuerdo con nadie, debe dedicarse a amar
la conversación de los imbéciles y la lectura de
los malos libros.
De ellos sacará goces amargos
que compensarán largamente su fatiga.

X
Ser un hombre útil me ha parecido siempre algo
horroroso.
1848 sólo fue divertido porque cada uno
fabricaba utopías como castillos en el aire.
1848 sólo fue hermoso por su exceso
de ridículo.
Robespierre es sólo estimable porque hizo
algunas bellas frases.

XII
Política:
No tengo convicciones, tal como lo entienden
las gentes de mi siglo, porque carezco de
ambición.
En mí no hay base para una convicción.
Hay una especie de cobardía, o más bien una
cierta molicie en las gentes honradas.
Únicamente los bandidos están convencidos
¿de qué? De que les hace falta el éxito. También
ellos los consiguen.
¿Por qué triunfaría yo, si ni siquiera tengo
ganas de intentarlo?
Se pueden fundar imperios gloriosos sobre el
crimen y nobles religiones sobre la impostura.
Sin embargo, tengo algunas convicciones,
en un sentido más elevado y que no puede ser
comprendido por la gente de mi tiempo.


Charles Baudelaire: Mi corazón al desnudo
Círculo de Lectores, 2005