domingo, 27 de marzo de 2011

MUÑECA RUSA by GSÚS BONILLA


MUÑECA RUSA By GSÚS BONILLA

Porque ellos compraron golosinas con monedas de 25 pesetas y sus bolsillos saben lo que es la decadencia mejor que nadie. Ángel González González.


Si nos diera por tasar la hipocresía, ésta, al peso, andaría alrededor de las veinticinco pesetas o cinco duros, la arroba; vamos, lo que viene a ser a día de hoy, a cero con veinte euros, aproximadamente, los once kilos y medio, es decir, una puta mierda. Este es el valor, que Ángel González González, ha creído conveniente, no sin razón, en poner a tanta pamplina y falsedad. Llego a esa conclusión después de haberme leído Muñeca Rusa y haciendo una compleja ecuación: sociedad, más, individuo, dividido, entre lo que espera la sociedad de este individuo, sumándole, el concepto de elegir hacer lo que te saga de la punta de la xxxx. El resultado que me da, es, lo que el autor atesora en sus bolsillos y además elevado al cuadrado, o lo que es lo mismo, un cuaderno de poemas editado cuidadosamente, muy bello, donde Ángel –doblemente- González va poniendo, una por una, las cositas en su sitio, y, dos por dos, repartiendo estopa a quien la tocado la moral, y así lo dice, así lo hace, y, así lo versa en Muñeca Rusa. Luego, reflexiono, y pienso, en que hay demasiados condes dráculas de saldo, que se empeñan en hacer del “tanto tienes tanto vales” una oración.
No está de más decirles, y que se sepa, que no sólo son vampiros los que sorben sangre, ni que el dinero, aquí, en Muñeca Rusa es la única metáfora. Hay más, mucho más. Gsús Bonilla 2011

Publicado en el blog: Sí, yo leo poesía

viernes, 25 de marzo de 2011

UN RELATO PARA HOY


DICES QUE ES ALGO VULGAR

¿Dices que esto no es una buena herramienta y que es algo vulgar? ¿Acaso propugnas una especie de, llamémosle…, ciego ejercicio de sinrazón por el cual sabes perfectamente que esto de aquí es gordo y versátil, tan gordo y versátil que podría taladrar y percutir en la pared, o en cualquier otra parte, y sin embargo lo niegas del mismo modo que negaste que habías robado el paquete de pilas en aquella superficie comercial y luego yo tuve que arrearle tres puñetazos al chico de seguridad y posteriormente decidimos salir pitando y por el camino seguías empeñada en que tú no habías robado nada a pesar de que en el lance de nuestra huida salieron disparados de tus bolsillos tres o cuatro paquetes de pilas, y los mismos caían al suelo como si fueran bombas y todo el mundo que nos cruzábamos por la calle ponía cara de “esta ladrona y su compinche” y abrían la boca en una “o” en la que cabría la última edición de la ortografía española? Oh, no, Dios Santo, no niegues de esa manera…

Quiero que mires, mejor dicho, que te enamores de estas líneas zigzagueantes que te señalo. A menudo, la gente inculta, dice que las venas son feas, que afean el producto que yo ahora trato de venderte. Yo soy un buen, ¿cómo se dice?, bueno, que soy un vendedor de los mejores, y no porque quiera endilgártela, que también quiero, no voy a negar que esa general desaprobación-a-lo-venístico-dorsal-superficial-del-cacharro ha hecho mucho daño al conjunto de este epígrafe sexual, virado a la diestra, que apenas coge en esta mano, mucho menos en la tuya, tal vez tu boca nunca pudiera articular la palabra “zanahoria” si estuviera aquí enganchada. Admira este tótem. Idolátralo. Ríndele pleitesía a la vieja usanza. Ahora sumérgete en su fisonomía como si fueses una adolescente ávida de progreso, o algo por el estilo. Quiero que sitúes la pesa de la olla sobre esta superficie hiniesta. No cede, ¿a que no? Nunca cede. Añade tu pecho derecho, no, el izquierdo, siempre se me dio mal calcular cuál es la derecha o la izquierda de otra persona cuando está arrodillada delante de mí…, añádelo, ¿ves? Sigue ahí. Nótese que apenas sufre nada y que aún podría destrozar una nuez de un buen porrazo. Es como si fuera inmortal. Subsidiariamente, deseo que extraigas el muñeco de nieve de porcelana que está en el árbol navideño, y que ha logrado que el ramaje de plástico del mismo ceda, y que lo cuelgues aquí. Estamos yendo poco a poco, para experimentar. Aún no hemos terminado. ¿Sabes en lo que estoy pensando? Pienso que tal vez me duela un poco, pero no tiene la menor importancia. Seguramente me duela de amarte así, de esta manera, fuera de mí mismo. Y sí, he de reconocerlo, esta herramienta también me ha poseído a mí como ente mismo. Intuyo que ese brillo en tus ojos indica que ya te has enamorado de esta parte de mi cuerpo y ahora quieres desplegar tu lengua sobre toda su superficie. Pues bien, creo que es una mala idea porque ese timbre que está sonando ahora mismo, en este preciso instante, es la respuesta de tus padres a la llamada que les hice esta mañana, invitándoles a comer con nosotros. Creo que urge vestirse con una rapidez desmesurada. No sé si tus padres verían con buenos ojos que su hija estuviera enganchada al tótem, diciéndole sí a todo, una y otra vez, hasta el fin de los tiempos.

Inédito (2010)

jueves, 24 de marzo de 2011

Charles Baudelaire




LXXVIII
El mundo no marcha más que por el equívoco.
En el equívoco universal es donde todo el
mundo concuerda.
Porque si, por desgracia, la gente se comprendiera,
jamás podría ponerse de acuerdo.
El hombre de espíritu, ese que nunca se pondrá
de acuerdo con nadie, debe dedicarse a amar
la conversación de los imbéciles y la lectura de
los malos libros.
De ellos sacará goces amargos
que compensarán largamente su fatiga.

X
Ser un hombre útil me ha parecido siempre algo
horroroso.
1848 sólo fue divertido porque cada uno
fabricaba utopías como castillos en el aire.
1848 sólo fue hermoso por su exceso
de ridículo.
Robespierre es sólo estimable porque hizo
algunas bellas frases.

XII
Política:
No tengo convicciones, tal como lo entienden
las gentes de mi siglo, porque carezco de
ambición.
En mí no hay base para una convicción.
Hay una especie de cobardía, o más bien una
cierta molicie en las gentes honradas.
Únicamente los bandidos están convencidos
¿de qué? De que les hace falta el éxito. También
ellos los consiguen.
¿Por qué triunfaría yo, si ni siquiera tengo
ganas de intentarlo?
Se pueden fundar imperios gloriosos sobre el
crimen y nobles religiones sobre la impostura.
Sin embargo, tengo algunas convicciones,
en un sentido más elevado y que no puede ser
comprendido por la gente de mi tiempo.


Charles Baudelaire: Mi corazón al desnudo
Círculo de Lectores, 2005

martes, 22 de marzo de 2011

I.KANT (Hacia la paz perpetua)


"NINGÚN ESTADO DEBE INMISCUIRSE POR LA FUERZA EN LA CONSTITUCIÓN Y EL GOBIERNO DE OTRO"

Pues, ¿qué le daría derecho a ello? ¿Tal vez el escándalo que da a los súbditos de otro Estado? Pero este escándalo puede servir más bien de advertencia, al mostrar la gran desgracia que se ha atraído sobre sí un pueblo por su ilegalidad; además el mal ejemplo que una persona libre da a otra no es en absoluto ninguna lesión. Sin embargo, no habría que incluir aquí el caso de un Estado que se dividiera en dos partes a consecuencia de disensiones internas, representándose cada una de ellas como un Estado particular que pretende ser el todo; que un tercer Estado prestara entonces ayuda a una de las partes no podría ser considerado como injerencia en la constitución de otro Estado (pues solo existe anarquía). Sin embargo, mientras esta lucha interna no esté decidida, la injerencia de potencias extranjeras sería una violación de los derechos de un pueblo independiente que combate una enfermedad interna; sería, incluso, un escándalo y convertiría en insegura la autonomía de todos los Estados.

lunes, 14 de marzo de 2011

No-olvido


Yo no olvido.
Yo ya no me olvido de nada.
Sé hasta dónde
mis rodillas
sangraron en el asfalto.
Conozco mis cicatrices
mejor que nadie
porque yo ya no olvido nada.
A mí nada me da miedo
y sé
justo a dónde
se dirigen mis huesos
y
también intuyo
que allí
habrá una barra
con más gente
y más cerveza.


martes, 8 de marzo de 2011

Beatitud en la República cultural


ENTREVISTA EN LA REPÚBLICA CULTURAL


Vicente Muñoz Álvarez e Ignacio Escuín: “la Movida fue frivolidad, celebración tras el fin del régimen (Innombrable), pero la Beat Generation fue algo más serio…”

Entrevista a los editores de Beatitud. Visiones de la beat generation


Blanca Vázquez – laRepúblicaCultural.es

Beatitud. Visiones de la beat generation es la nueva joya de ediciones Baladí. ¿Sus responsables? Dos poetas, literatos, novelistas, editores y amantes del universo de las palabras y sus conjugaciones: Vicente Muñoz Álvarez e Ignacio Escuín.

Hemos hablado del libro hace un días, y con motivo del estreno de Howl (Rob Epstein & Jeffrey Friedman) el próximo 25 de marzo, película que acomete la influencia de un poeta, Allen Ginsberg y un poema, Aullido, volvemos a la influencia, la energía, la imaginación y fuerza icónica de los beats. Muñoz Álvarez y Escuín confiesan la influencia de aquellos genios desarraigados de libre albedrío que dejaron una impronta fascinante en la literatura norteamericana, (además de Ginsberg, Jack Kerouac, Neal Cassady, Charles Bukowski, Diane Di Prima, Gregory Corso, William Borroughs, etc, etc).

Ambos poetas, el leonés y el turolense se han echado al camino, recogiendo relatos (tan diversos como sus autores, e inspirados en la filosofía beat ) de la efervescente nueva cantera de escritores españoles, que todo hay que decirlo, dejan al lector con la boca abierta y con la convicción de que el mundo literario está enérgicamente vivo. Larepublicacultural se ha acercado a ambos responsables de este vibrante libro para que nos cuenten sus proyectos y sus experiencias con Beatitud.

Para empezar queremos conoceros bien. Ignacio, háblanos de Eclipsados. Vicente te toca contarnos sobre Vinalia Trippers.

Ignacio: Eclipsados es un proyecto que nace del interés por la literatura, por devolverle algo de lo que ella nos ha dado. Hemos publicado muchos libros (más de ochenta y cinco) y en todos ellos hemos disfrutado con nuestro trabajo y nuestra apuesta ha sido editar lo que nos gustaba, aquello que creíamos que aportaba algo.

Vicente: Vinalia fue en su origen un fanzine de relatos ilustrados para adultos que comenzamos a editar en 1995 en León con la idea de dar salida a un tipo de literatura subterránea, alternativa y políticamente incorrecta que no solía encontrar hueco en publicaciones de corte oficial, pese a la calidad indiscutible de sus propuestas. Conocíamos ya de aquellas a un montón de escritores de talento ninguneados por el sistema y el canon, y nos propusimos crear para ellos una plataforma de expresión al tono, con una estética pulp y underground, fusionando la literatura con otras ramas paralelas, como el cómic y la ilustración, la música, el cine independiente, etc. Sacamos nueve números del fanzine y cinco libros de bolsillo entre los años 1995 a 2001 y regresamos en el 2007 con un libro homenaje, “Tripulantes: Nuevas Aventuras de Vinalia Trippers”, que coordiné con David González para la editorial Eclipsados. El año pasado editamos otro número con formato de libro, “Plan 9 del Espacio Exterior”, y un suplemento de poemas dedicado al malogrado escritor argentino Raúl Núñez. Y ahora estamos a punto de editar el número 11, que llevará por título “Trippers from the Crypt”. Por decirlo de algún modo, Vinalia ha sido el germen de muchos otros proyectos en los que he trabajado estos últimos años, antologías como “Golpes”: “Ficciones de la crueldad social” (que coordiné con Eloy Fernández Porta), Resaca/Hankover: Un homenaje a Charles Bukowski (con Patxi Irurzun) o “23 Pandoras: Poesía alternativa española”, además, claro, de Beatitud. Fue, en suma, un punto de encuentro para diversos creadores, que nos ha servido de ensayo y cantera para lo que ha ido viniendo después.

¿No parece difícil, fuera de tiempo, eso de ser poeta en el siglo de las redes virtuales?

Ignacio: Ser poeta siempre ha sido igual de complicado, y por otro lado no se trata de que lo sea o no, es decir, se trata finalmente de hacer poesía alejados, en la medida de lo posible, de las dificultades extras, bastante difícil es de por sí hacer poesía.

Vicente: La poesía nunca ha sido fácil, ni antes, ni ahora, ni lo será después tampoco. Es una apuesta minoritaria y difícil, pero el que la lleva dentro de algún modo la hará salir. Por otro lado, y aunque parezca mentira, las redes virtuales han democratizado de algún modo la poesía, al permitir a los escritores publicar sin la mediación de editores, mediante blogs y webs, etc.

Habéis hecho resurgir de sus cenizas a la Beat Generation, algo que hoy día es como un huracán de aire fresco entre tanta corrección e hipocresía política. ¿Cómo se os ocurrió escribir y reunir (con tantos autores fuera de lo común) estos pequeños relatos inspirados en aquellos rebeldes con o sin causa: Kerouac, Ginsberg, Cassady, Burroughs, Corso, Di Prima…¿y cómo habéis convencido a Ediciones Baladí para acercárnoslo?

Ignacio: Desde que conocí a Vicente Muñoz Álvarez sentí que acabaríamos trabajando en un proyecto como este. Él me transmitió esa esencia beat y era inevitable que tarde o temprano nos pusiéramos manos a la obra con este proyecto. Es un libro necesario. Todos los colaboradores han entendido esto y eso es muy importante.

Vicente: Bueno, Nacho y yo llevábamos ya tiempo dando vueltas a este proyecto. Hablamos de ello en las presentaciones de Tripulantes, y desde entonces hemos estado perfilando la idea hasta tener el libro listo. Nos parecía que una antología así, en momentos de falta de imaginación y espíritu como los presentes, era algo necesario y que de algún modo lograría conectar con un sector alternativo de la sociedad. Baladí se entusiasmó inmediatamente con la propuesta en cuanto les enviamos el libro, no hubo que convencerles de nada. Como nosotros, David y Nacho, los editores, son lectores y amantes de la cultura beat, y la idea de publicar este libro les sedujo al instante. Entre todos, autores, editores y antólogos, hemos formando un buen equipo. Y eso, las buenas vibraciones, se pueden palpar en el contenido y forma de Beatitud.

Quizá consigáis trasladar de las librerías de viejo a la Fnac las obras de este grupo de genios que tanto ha inspirado a otros muchos. ¡Vaya responsabilidad!

Ignacio: Y vaya alegría si lo consiguiéramos. Los beat siempre han estado entre nosotros, pero es cierto que un empujoncito para que vuelvan a las librerías (no habituales) sería todo un éxito.

Vicente: Ojalá fuera así, sería estupendo. De hecho, cuando yo comencé a leer a los beat, a finales de los 80, era en las librerías de viejo donde había que ir a buscarles, salvo algunos títulos muy concretos, como On the road. Ojalá este libro y nuestro homenaje aporten un granito de arena a la causa beat.

Beatitud. Visiones de la beat generation aúna un ecléctico grupo de relatos, cada uno hijo de su autor. 32 relatos, 33 beats, ¿dónde se ha escondido tú relato, Ignacio? Vicente, (Beatitud en Lisboa), ¿experiencias personales en tu aportación?

Ignacio: Mi relato es mi texto de presentación. Lo hablé con Vicente y decidí no hacer un texto forzado, además creo que el libro ha quedado estupendo tal y como está. Hubiera sido diferente en otras circunstancias, pero la vida, a veces, no nos deja demasiado espacio y hay que ser honesto con la literatura siempre. Si no hay tiempo no lo hay, y soy muy feliz con este libro tal y como es.

Vicente: Yo aporté ese relato a la antología como broche final, cerrando el libro, porque me apetecía hablar del movimiento y la mística beat, la terapia del camino y la evasión de lo prosaico mediante la carretera, que es en esencia lo que aborda mi cuento, titulado como la antología, Beatitud, y centrado en Lisboa, una ciudad cosmopolita y evocadora como pocas con la que personalmente me siento en deuda.

¿Qué hay de los beats españoles? podemos decir que La Movida fue nuestro fenómeno cultural equiparable a la beatitud de estos chicos norteamericanos de la ruta 66?

Ignacio: En algunas cosas sí, pero en otras me quedo con las generaciones posteriores de beats, como la de Vicente Muñoz. Hubo también beats anteriores como Miguel Labordeta y parte del grupo Niké en Zaragoza, supervivientes de la felicidad y la libertad en un periodo en el que estas dos cosas eran casi imposibles.

Vicente: Sinceramente, no veo demasiados paralelismos entre una y otra. Sí, quizás, en el transfondo de renovación artística y social, de rebelión contra el sistema, pero no en cuanto a estética y fondo. La Movida (sin menosprecio de las obras que alumbró) fue básicamente frivolidad, celebración tras el fin del régimen (Innombrable), pero la Beat Generation fue muchas más cosas, algo más serio y espiritual, filosófico y existencial, místico y revelador…

Nos parece ideal leer Beatitud con los acordes de The Doorscomo fondo. La influencia de los Beats en la música es infinita: Bob Dilan, Patti Smith, Tom Waits, el jazz, Loo Reed, Nirvana… Ya que sois los padres del proyecto, os voy a pedir un capricho, ¿qué música le pondríais a…? pongamos algunos de los relatos a voleo, sin desmerecer ninguno de los 32

Ignacio: Las cenizas de Allen Ginsberg (Uberto Stabile), Pi (Almudena Vidorreta), La india o el miedo (Ana Pérez Cañamares), Huellas en el polvo (David González), La compañía de finanzas amistosas (Eloy Fernández Porta).
A Pi le pega la Velvet Underground, quizá esa versión de sweet Jane estupenda. Al texto de Eloy algo más conceptual, al de David algo beat “rabioso” y al de Uberto Stabile la melodía más beat que puedas encontrar, es absolutamente beat.

Vicente: Three´s a crowd (Eduardo Almiñana), Jack, tenemos que hablar (Inma Luna), On the (Soviet) road (Miquel Silvestre), Dharma Thief (Lucas Rodríguez), Con unos tíos cualesquiera (Safrika).
Uffff… una pregunta difícil, sin duda… A ver, para Three´s a crowd, Tom Waits, por ejemplo, quizás Rain Dogs. Para Jack, tenemos que hablar, algo de Nina Simone. Para On the (Soviet) road, Born to be Wild, de Steppenwolf (Miquel es, además de un excelente escritor, un motero empedernido). Para Dharma Thief, un fondo rápido de didgeridoo (el instrumento que toca Lucas) y para el relato de Safrika, Hot Generation, de las Pandoras.

On the Road de Jack Kerouac es el epicentro de todo el movimiento. King of the Beats. Tanta es su influencia que el cine también le debe mucho a través de todas las road movies. Debería de ser un libro obligatoria en los colegios como lo es El Quijote, el cual también habla de salir al camino, aunque con otro lenguaje…

Ignacio: Creo que debería ser un libro “recomendado”. El concepto obligatorio no va con este libro. Con muchos tampoco va y llevan esa etiqueta. La lectura es importante, pero este es un libro al que los lectores jóvenes han de llegar por la sugerencia de otros, de los libros beats, de otras lecturas cruzadas. Pero sería todo un honor que nos leyesen los jóvenes, que este libro les ayudara a querer más los libros, otros libros, todos los libros.

Vicente: Está bien tu comparación, salvando las distancias. Cervantes, a su manera, fue también un beat revolucionario, y El Quijote una auténtica road movie a la española, estoy de acuerdo. Y claro que debería leerse On the road en los colegios… Conectaría con los jóvenes lectores mejor que cualquier libro de los que habitualmente les recomiendan, estoy seguro. Y lo digo por propia experiencia…

En la España de la transición tuvimos nuestras rutas, la ruta del Bakalao o ruta Destroy de la que habla Mario Crespo en su relato Ruta 23, pero parece que dejó la estela de algo más descerebrado…

Ignacio: Como todas las rupturas tras un periodo de gran estancamiento se producen algunos efectos que pueden no ser tan interesantes. Pero todos los caminos y sendas marcadas por la libertad lo son, así que lo ideal (y lo más beat) es que cada uno pueda hacer su camino, pase este por lugares más cabales o más descerebrados, lo importante es poder elegir—crecer—soñar en el camino.

Vicente: Ah, esas drogas de diseño… cuánto daño han hecho… y lo que nos queda por ver aún… Cerebros destruidos, que dirían los Eskorbuto…

Drogas, libertad sexual, misticismo, pacifismo, poetas un tanto turbados sin casa ni paradero fijo, rebelarse contra las normas del sistema, beats que tienen que “morir jóvenes o mueren ridículos” (Miquel Silvestre). Se me hace difícil ver a los jóvenes de hoy, demasiado preocupados por la crisis económica o los efectos de la globalización, la ecología, dejarse llevar así.

Ignacio: Los jóvenes de hoy son estupendos, libres, muy libres. Quizá la sociedad sea el problema. Yo no tengo una visión fatalista de la juventud, me parecen maravillosos. Quizá esta globalización “americana” sea más responsable de algunas cosas de lo que algunos quieren hacer ver. Quizá el problema sea que todas las sociedades se comportan como una sola basándose en unos valores poco recomendables.

Vicente: Bueno, muchos relatos del libro, hay que tenerlo en cuenta, retratan a un sector minoritario e incluso marginal de la sociedad, para el cual las normas de la mayoría, por decirlo de algún modo, no son las que rigen sus vidas… También en los años 50 primaban los mismos problemas que mencionas, o semejantes, y los beat miraban hacia otro lado, precisamente hacia el misticismo, el pacifismo, la insumisión, etc.

Cuando leía Beatitud me venía a la mente un libro muy beato también, “Los detectives salvajes” de Roberto Bolaño. ¿Qué narrativa actual os parece Beat hasta la médula?

Ignacio: Ya lo he dicho, Vicente quizá sea mi Beat preferido, pero también lo son aquellos que luchan por sus ideales dejándoselo todo en el camino (como Sergio Gaspar, por ejemplo).

Vicente: La de Sam Shepard, por ejemplo, uno de los herederos más brillantes de los beat. O la de Bolaño, como bien dices. O, centrándonos en nuestro país y en Beatitud, la de Miquel Silvestre, escrita literalmente on the road, o la de Carla Badillo, amiga de los beats de Frisco, o la de David González, visceral e insurgente, o la de Uberto Stabile, por citar algún ejemplo.

Pertenecéis a generaciones diferentes pero no muy alejadas (Vicente del 66 e Ignacio del 81). Diferencias que veo también entre los escritores y escritoras que participan en el volumen, desde 1954 (Sergio Gaspar) a 1987 (Eduardo Almiñana de Cózar). ¿Esto ha supuesto algún escollo para vuestra visión del proyecto?

Ignacio: Ninguno, la verdad es que ha sido una suerte que Vicente conozca tan bien a los escritores de su generación y yo intente conocer tan bien a los de la mía. Nos gusta leer, nos gusta leerlo todo, leerlos a todos y conocerlos.

Vicente: Más bien al contrario, nos ha permitido comprobar la recepción del fenómeno beat en casi tres generaciones de escritores españoles, que era una de las premisas de este libro. Y ha hecho el conjunto más variado y apetecible.

Ignacio, diriges encuentros de poesía en la Universidad de Zaragoza, y has publicado seis obras poéticas, la última Habrá una vez un hombre libre, 2009.
Vicente, has publicado poemas, relatos, novela, la última Mi vida en la penumbra, y ensayo, El tiempo de los asesinos. ¿Algún otro libro en curso, planes de futuro? ¿Como veis el panorama literario y editorial español, plagado por un lado de muchos best-sellers de fácil digestión?

Ignacio: Siempre hay un próximo libro en la mente, vivimos de eso, de nuestro deseo literario. Sin ese sueño no hay literatura, luego no ha vida. El panorama literario es rico, permite todas las posibilidades y me niego a no verlo de una forma optimista. Cada vez que dudo aparecen sellos como Baladí que me hacer recordar que esto es una fiesta, la de los libros, y que formamos parte de ella y somos felices.

Vicente: Yo estoy rematando mi nuevo poemario, Animales Perdidos, que entregaré muy pronto a imprenta. Y en vías de publicar un ensayo sobre cult movies, donde abordo otra de mis grandes pasiones, el cine independiente y de autor. Y preparando, como ya mencioné, el nuevo número de Vinalia Trippers, dedicado a la literatura pulp de horror. Respecto a tu segunda pregunta, bueno, es cierto lo que comentas, y triste también, pero también es cierto que hay cada vez una mayor efervescencia de pequeñas editoriales que apuestan por autores nuevos, y una infraestructura de blogs y espacios para publicar en la red de lo más variopinta y prometedora. De nuevo, las ventajas de la blogsfera.

Y por último ¿os habéis manchado los dedos alguna vez de Nocilla?

Ignacio: Digamos que más de una vez, y ahora se ha convertido en una costumbre los domingos por la mañana de lo más divertida. Fuera de bromas, sí, y lo volvería a hacer, claro.

Vicente: Jajaja… Para merendar algunas veces, como tentempié… Bromas aparte, como en todos los movimientos, hay en el que mencionas cosas más y menos valiosas, y de las buenas siempre se puede sacar provecho, dejando a un lado los complejos y modas.

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